La idea de tener un gato y un perro conviviendo juntos en armonía parece un sueño difícil de cumplir para muchos amantes de los animales. Creemos que aunque algunas personas opinan que estos dos animales son enemigos naturales, en realidad pueden convivir pacíficamente si se toman las medidas adecuadas para asegurarse de que se lleven bien.

La clave para lograr que un gato y un perro sean amigos y convivan juntos radica en la introducción gradual y en la supervisión cuidadosa. Como bien sabéis, en Bubbles somos expertos en el cuidado de vuestras mascotas así que os vamos a explicar todo lo necesario a la hora de juntar a un perrito y un gatito para que convivan. Nosotros sí que creemos que los perros y los gatos pueden ser amigos, incluso mejores amigos.

La clave para construir una buena relación entre estas mascotas es comprender su naturaleza y reconocer su personalidad. También es importante que tanto tu perro como tu gato respondan positivamente a la presencia del otro para que el proceso de adaptación sea mucho más fácil. Los gatos son más cautos e independientes y los perros, en ocasiones, más impulsivos, activos y totalmente dependientes de nosotros. Todos sabemos que la naturaleza de estos dos peluditos es casi opuesta pero ya sabéis, los polos opuestos se atraen. Es bonito ver cómo pueden llegar incluso a complementarse, hermanos de diferente mami.

Si amáis a estos animales y queréis que convivan juntos bajo un mismo techo, seguid los siguientes pasos con paciencia y dedicación y pronto tendréis la familia que tanto deseáis.

Pasos a seguir crear una amistad entre perros y gatos

1. Presenta a tus mascotas de forma gradual

Si tenéis un gato y planeáis agregar un perro a la familia, o viceversa, es importante presentarlos de manera gradual. Comenzad por mantenerlos separados en diferentes habitaciones, permitiendo que se acostumbren al olor y sonido del otro a través de una puerta cerrada. Luego, dejad que se conozcan bajo supervisión y usando una correa en el caso del perro para asegurarte de que no persiga o lastime al gato.

Ahora bien, con confianza las cosas cambian. Por mucho que digan que la confianza da “asco” y que por definición las cosas empeoran, en este caso es mejor. Los perros y los gatos pueden ser amigos cuando viven juntos por una sencilla razón: reaccionan a los sentimientos de otras personas. Todo dependerá mucho de los dos animales y de cómo vivan y de cómo se les enseñe a llevarse con los demás, ya sean animales o humanos.

2. Proporciona un espacio seguro para el gato

A los gatos les gusta tener su propio espacio seguro para dormir y descansar. Aseguraos de proporcionarle un lugar al que pueda retirarse cuando se sienta abrumado o incómodo. Tratad de proporcionar espacio para cada gato en el hogar, por ejemplo, colocando la caja de arena lejos de la comida y los lugares donde duermen. También es importante que entendáis que no pueden compartir todo, cada uno necesita su propia cama, sus propios juguetes y su propia comida para evitar problemas de territorio.

3. Supervisa el comportamiento del perro

Al igual que los humanos, los perros tienen personalidades diferentes, algunos pueden ser más amigables y pacientes que otros. Supervisad el comportamiento de vuestro perro en todo momento y fomentad la calma y el respeto hacia el gato. Recompensad a vuestro perro cuando se comporte de manera amistosa y enseñad órdenes de comportamiento como "quieto" o "ven" para tener un mayor control.

4. Haz ejercicio y crea juegos

El ejercicio diario puede ayudar a reducir la energía y el estrés tanto de los gatos como de los perros. Pasead a vuestro perro varias veces al día y proporcionad juguetes interactivos y rascadores para el gato. Al gastar su energía, es menos probable que se molesten entre sí.

Una buena estrategia para mejorar la convivencia son los juegos. Si son cachorros, estas actividades serán fáciles porque a ambos les encanta jugar y tardarán unos días en empezar a formar amistades sólidas, pero si son adultos, hay sesiones de juego tranquilas que podéis supervisar y tratar. También se puede utilizar los juegos y los premios para motivarlos y recompensarlos cuando se comportan correctamente. Para evitar daños, es muy importante cortar ambas uñas regularmente, especialmente para los gatos, las uñas afiladas pueden causar mucho daño y pueden causar miedo y estrés en tu mascota.

5. Paciencia

La amistad entre un gato y un perro no sucede de la noche a la mañana. Tened paciencia y sed consistentes en vuestro enfoque. Puede llevar semanas o incluso meses para que vuestras mascotas se sientan cómodas y relajadas en presencia del otro.

6. Reparte el amor por igual

Puede ser que al introducir un nuevo peludo en casa nos abrume la emoción y las ganas de conocerlo, no obstante, no podemos olvidarnos de que tenemos otra mascota en casa. Son como nuestros hijos y aunque no lo parezca, los animales también son capaces de sentir celos entre ellos. Si no medís las muestras de cariño que le dais a cada uno, es muy probable que eso provoque enemistad entre ellos. No podemos elegir entre nuestros bebés. ¡Todos son nuestros preferidos! Hay que quererlos por igual.

En conclusión, un gato y un perro pueden ser amigos y convivir juntos si se les da el tiempo, el espacio y la atención adecuados. A partir de ahora ya no usaréis la frase “se llevan como el perro y el gato” para nada malo, de hecho todo lo contrario.

La introducción gradual, la supervisión constante, el espacio seguro para el gato, el ejercicio y la paciencia son clave para lograr que los dos peludos se lleven bien. Dedicad el tiempo y el esfuerzo necesarios para crear una relación armoniosa entre vuestras mascotas y disfrutad del amor y la compañía que os brindarán juntos. ¡Vamos a aumentar la familia!