Porque no es lo mismo cuidar a un Chihuahua que a un Husky. Cuando decides compartir tu vida con un perro, estás asumiendo una gran responsabilidad. Pero ojo, no todos los perros necesitan lo mismo. Cada raza tiene sus particularidades, su carácter, sus manías... y también sus cuidados. Por eso, entender qué necesita tu perro según su raza no es solo útil: es imprescindible para garantizar su bienestar. 

Y es que hablar de raza de perros no solo es una cuestión estética. Va mucho más allá de si es grande o pequeño, peludo o no. La raza influye en su energía, su salud, su alimentación e incluso en cómo relacionarse con él. Así que si estás pensando en adoptar o ya tienes uno en casa, este blog te va a venir como anillo al dedo.  

No es solo cuestión de tamaño: cada raza, es un mundo 

Cuando hablamos de cuidado mascota, muchas veces generalizamos. “Sácalo tres veces al día”, “dale pienso de calidad”, “llévalo al veterinario una vez al año”... Todo eso está bien, pero no siempre es suficiente. Un Border Collie, por ejemplo, no tiene nada que ver con un Bulldog Francés, ni en energía, ni en actividades físicas ni mentales. 

Hay razas que necesitan mucha estimulación y ejercicio (como el Pastor Alemán, el Dálmata o el Husky Siberiano) y otras que prefieren planes tranquilos y una siesta en el sofá (como el Pug o el Bichón Maltés). También hay razas con predisposición a ciertas enfermedades, problemas respiratorios, displasia, alergias... Y ahí es donde entran los cuidados específicos. 

Un Shih Tzu necesita revisiones oculares frecuentes y cortes regulares de pelo para evitar enredos. Un Labrador puede tener displasia de cadera si no se controla su peso. Y un chihuahua necesita abrigo en invierno aunque viva en el sur de España. Sí, no exageramos. Conocer los puntos débiles de tu perro según su raza es clave para anticiparte a problemas y cuidados como se merece. 

La energía no se negocia: ejercicio y estimulación mental 

Otra gran diferencia entre razas es el nivel de energía. Y no hablamos solo de salir a pasear. Hay perros que necesitan correr, saltar, buscar cosas, resolver juegos... porque si no se frustran, se aburren y pueden desarrollar conductas destructivas. 

Los perros de trabajo, como los Collies, los Malinois o los Labradores, necesitan más que un paseo. Hablamos de rutas largas, juegos de olfato, agility, obediencia avanzada... incluso tareas que les hagan sentir útiles. No es una exageración: estas razas mascotas tienen una capacidad brutal de aprendizaje y necesitan retos diarios. 

En cambio, otras razas como los Carlino o los Pekinés se conforman con paseos cortos y mucho cariño en casa. Pero ojo, eso no significa que no haya que estimularlos: los juegos tranquilos, los juguetes interactivos o las sesiones de caricias también cuentan como “actividad” para ellos. 

Si entiendes la energía de tu perro, puedes ajustar su rutina diaria a lo que necesita realmente. Y créeme, eso marca la diferencia entre un perro estresado y uno feliz. 

Alimentación, pelo y salud: todo cuenta 

No hay una única forma correcta de cuidar a un perro, pero sí hay cosas que cambian mucho según la raza. El tipo de alimentación, por ejemplo, no es el mismo para un Yorkshire que para un Gran Danés. Los perros pequeños suelen tener un metabolismo más rápido y pueden necesitar más comidas al día con porciones más pequeñas, mientras que los grandes necesitan piensos adaptados para evitar problemas articulares. 

Pero si hay algo que marca la diferencia y salta a la vista, es el pelazo. Cada raza tiene sus particularidades: algunos necesitan cepillados diarios, otros baños más frecuentes y productos específicos para mantener el brillo y evitar nudos. En Bubbles tenemos todo lo que necesitas para que tu compañero peludo presuma de melenaza: desde champús adaptados a cada tipo de pelo, hasta colonias, acondicionadores y lociones. Porque un buen cuidado del pelaje no solo es cuestión de estética, también es salud… ¡y tu perro lo sabe! 

Y por último, pero no menos importante, está la salud. Hay razas con más predisposición genética a ciertas enfermedades. Los Bulldogs, por ejemplo, suelen tener problemas respiratorios. Los Cocker Spaniel, infecciones de oído. Los Pastores Alemanes, displasia. Conocer estas características no es para obsesionarse, sino para actuar con prevención y saber qué vigilar. 

¿Qué raza es la más fácil de cuidar? Depende (sí, como todo) 

Una de las preguntas más buscadas últimamente es: “¿Cuál es la raza más fácil de cuidar?”. Y la respuesta es la de siempre: depende. Depende de tu estilo de vida, del tiempo que tengas, del espacio en casa, de si hay niños, de si te gusta caminar o prefieres planes caseros… 

Hay razas recomendadas para principiantes, como el Labrador, el Golden Retriever o el Cavalier King Charles, que tienen un carácter equilibrado y son bastante adaptables. Pero incluso estos perros necesitan ejercicio, educación y atención. La facilidad no está en el perro, sino en el encaje con tu vida. 

Por eso, antes de elegir raza, lo mejor es informarte bien, preguntar a profesionales y pensar en tu día a día real. ¿Puedes salir a correr todas las mañanas? ¿Te gusta estar en casa? ¿Tienes jardín o vives en un piso pequeño? Todas estas preguntas te ayudarán a encontrar el perro ideal para ti, y a entender mejor cómo cuidarlo desde el primer día. 

Conclusión: entender a tu perro es la base del mejor cuidado 

Tener perro es una de las experiencias más bonitas que puedes vivir, pero también una de las más exigentes. Y si quieres hacerlo bien, no basta con cariño: necesitas conocimiento. Conocer bien la raza perros que tienes (o la que vas a tener) te da ventaja para cuidarlo mejor, prevenir problemas y hacer que vuestra convivencia sea mucho más fluida. 

Porque cuidar de un perro no es solo sacarlo a pasear y darle de comer. Es observarlo, entender sus necesidades, adaptarte a él y ofrecerle lo que necesita según su personalidad, su tamaño, su edad y, por supuesto, su raza. Así que ya sabes: infórmate, pregunta, aprende… y disfruta del camino. 

Tu perro (y tú) lo vais a agradecer.